Formas sutiles en las que nos engañamos a nosotras mismas para acabar haciendo algo que no resuena con nosotras y como evitarlo

¿Sabes cuando el cuerpo te hace saltar de alegría y te cuesta esconder la sonrisa porque algo te hace un montón de ilusión?

¿Cuando no dejan de venirte las ideas sobre algo con nuevas chispas de creatividad para que le añadas a esa experiencia, o idea, a la que has dicho que si que tánto te motiva?

Todo tu cuerpo se inclina hacia adelante, se abre, se remueve de un ataque de energía espontáneo.

ESO ES UN SI.

Y si bien es verdad que habrá cosas en esta vida a las que queramos decir que si porque son un medio para llegar a la esa experiencia o cumplir esa idea, lo más importante es que estemos creando oportunidades a nuestro alrededor de SIes a corto, medio y largo plazo.

¿De qué nos sirve enfocarnos o rodearnos de otras cosas que no sea un llamado interno de un rotundo SI QUIERO que sale de las entrañas.

La mente humana es un campo fascinante, repleto de capas y matices que a menudo trabajan tanto a nuestro favor como en nuestra contra.

Uno de los aspectos más retorcidos de nuestra psique es cómo, de manera sutil, nos engañamos a nosotras mismas para justificar decisiones, comportamientos o acciones que, en el fondo, sabemos que no están alineados con lo que realmente queremos o sentimos.

Pero ¿cómo y por qué hacemos esto?

En este artículo vas a conocer estas trampas o nubes mentales, cómo identificarlas y qué puedes hacer para evitarlas.

1. La trampa de la racionalización

La racionalización es una herramienta poderosa que nos permite justificar cualquier cosa ante nosotras mismas.

Imagina que aceptas un trabajo que no te entusiasma realmente. En lugar de enfrentar la verdad (“no es lo que quiero hacer en el fondo”), podrías convencerte de que es “una gran oportunidad” o que “necesitas el dinero”, incluso si hay otras opciones disponibles.

¿Por qué lo hacemos?

Nuestra mente busca reducir la disonancia cognitiva, esa incomodidad que sentimos cuando nuestras acciones no coinciden con nuestros valores o deseos.¿Cómo es que estoy haciendo algo que no me gusta cuando tengo otras oportunidades?

Pero si, lo hacemos… y no pocas veces
.

¿Cómo evitarlo?

  1. Hazte preguntas directas como: “¿Es esto lo que realmente quiero o es lo que siento que debo querer?”. Las palabras “debería”, “tengo que”, “estoy obligada a…” o “se espera de mi que…” pueden darte una pista de éste sutil engaño.

  2. Escribe las razones que te llevan a tomar una decisión y analiza si son realmente tuyas o si provienen de expectativas externas o de miedos internos.

  3. Habla con alguien de confianza que pueda ofrecerte una perspectiva imparcial o lleva esa decision a una sesión de terapia.

  4. Practica el mindfulness para conectar con tus emociones y deseos reales.

  5. Evalúa las consecuencias a largo plazo de seguir justificando algo que no resuena contigo.

2. El autoengaño disfrazado de optimismo

El optimismo es una cualidad bellísima, pero también puede convertirse en un velo que oculte la verdad. Por ejemplo, podrías convencerte de que una relación tóxica mejorará con el tiempo o que un mal hábito se corregirá por sí solo.

¿Por qué lo hacemos?

Nos resulta difícil enfrentar por un lado la incomodidad del cambio o por otro la posibilidad de fracaso.

  1. No entres en el positivismo u optimismo tóxico. Combina el optimismo con el realismo. Pregúntate: “¿Cuál es la evidencia real de que las cosas cambiarán si sigo haciendo lo mismo?”.

  2. Busca puntos de vista externos para desafiar tu perspectiva. Acude a amigos, familiares, terapeutas, mentores…

  3. Lleva un diario para registrar patrones repetitivos que hayas estado ignorando y de los que has sido recientemente consciente, o comienza a pensar un poquito y busca esos patrones en tu pasado allá en el área de tu vida que más te interese escanear (aunque es posible que se repita en varias áreas).

  4. Crea un plan de acción concreto y evalúa si es viable. Cuando enfrentamos una situación que nos genera optimismo excesivo, es crucial llevar ese sentimiento al terreno práctico. Para ello puedes hacer lo siguiente:

    • Desglosa la meta en pasos claros y alcanzables. Si algo parece demasiado idealista o vago, es posible que estés ignorando los desafíos reales.

    • Asigna tiempos específicos a cada paso del plan. Esto te ayudará a detectar si tus expectativas son realistas.

    • Revisa el plan con una perspectiva crítica o compártelo con alguien de confianza para asegurarte de que no estás minimizando las dificultades.

    • Mantén un registro de los progresos y obstáculos que encuentres en el camino para ajustar el plan si es necesario.

    La idea es convertir la esperanza en un optimismo activo, donde tomes decisiones fundamentadas y te adaptes a la realidad en lugar de ignorarla.

  5. Reconoce y acepta los aspectos negativos para poder abordarlos con claridad. El autoengaño disfrazado de optimismo a menudo se basa en ignorar señales de alerta o aspectos negativos de una situación. Para superar esto:

    • Puedes realizar un análisis honesto de los posibles riesgos o consecuencias negativas. ¿Qué podría salir mal? Escribe una lista y ve a por ella con calma.

    • Utiliza el enfoque de "preparación para el fracaso": imagina que tu optimismo no se cumple y considera las razones. Esto te ayudará a identificar áreas problemáticas antes de que surjan.

    • Habla abiertamente con personas que puedan ofrecerte una visión diferente. No se trata de ser pesimista, sino de equilibrar tu perspectiva.

    • Hazte preguntas como: “¿De dónde viene este positivismo? ¿Qué estoy evitando? ¿Qué me da miedo?” Estas reflexiones son incómodas pero esenciales.

    • Acepta que las dificultades no son un fracaso, sino parte del proceso. Reconocerlas te permitirá crear estrategias efectivas para enfrentarlas.

3. Seguir el camino de menor resistencia

A menudo nos encontramos diciendo sí a cosas que realmente no queremos hacer porque parece más fácil que enfrentarnos al conflicto o establecer un límite. Esto puede ser aceptar compromisos sociales que no disfrutamos o asumir responsabilidades que no nos corresponden.

¿Por qué lo hacemos?:
El cerebro está programado para evitar el dolor o el malestar, y eso incluye conflictos o incomodidades. Así de simple vaya.

¿Cómo evitarlo?:

  1. Practica decir no de manera firme pero respetuosa.

  2. Reflexiona antes de aceptar algo: “¿Esto me acerca o me aleja de lo que quiero?”.

  3. Comunícate con asertividad y de manera no violenta.

  4. Aprende a diferenciar entre lo que es urgente y lo que es importante.

  5. Dedica tiempo a tus prioridades antes de comprometerte con las de los demás.

4. La comparación social como motivador engañoso

¿Tú también te comparas? Claro que si, o lo has hecho alguna vez fijo.

Pues resulta que las comparaciones con otras personas pueden llevarnos a tomar decisiones que no están alineadas con nuestros verdaderos intereses. Por ejemplo, elegir una carrera o meta simplemente porque parece prestigiosa o porque alguien más la logró y le va muy bien.

¿Por qué lo hacemos?:
Buscamos validación externa y queremos sentir que pertenecemos o estamos “a la altura” de los demás.

¿Cómo evitarlo?:

  1. Define lo que el éxito significa para ti.

  2. Desconéctate de las redes sociales por un tiempo para reenfocarte.

  3. Evalúa si tus metas provienen de tus propios deseos o de expectativas externas.

  4. Dedica tiempo a la autorreflexión y a sentirte, para identificar qué te hace feliz. Conoce tus valores.

  5. Aprende a celebrar tus logros sin compararlos con los de los demás.

5. Creer que estamos siendo lógicas cuando en realidad actuamos por miedo

El miedo al rechazo, al fracaso o incluso al éxito; o, el miedo de forma general puede disfrazarse de lógica.

Podrías decirte que no quieres aplicar a un trabajo o invertir en una relación soñada porque “no estás cualificada” o porque “no es para ti”, cuando en realidad temes ser rechazada.

¿Por qué lo hacemos?:
El miedo activa nuestros mecanismos de defensa, y uno de ellos es convencernos de que estamos actuando de manera racional cuando en realidad estamos evitando riesgos.

¿Cómo evitarlo?:

  1. Identifica el miedo detrás de tu razonamiento.

  2. Pregúntate: “¿Qué haría si no tuviera miedo?”.

  3. Habla con alguien que te motive a salir de tu zona de confort.

  4. Divide el objetivo en pasos pequeños y alcanzables.

  5. Celébrate por cada avance, por más pequeño que te pueda parecer.

6. Idealizar el “debería” sobre el “quiero”

¡Uy yo he estado muchas veces aquí a punto de cometer errores muy grandes! Muchas veces seguimos un camino porque creemos que “deberíamos” hacerlo.

Esto puede incluir casarse, tener hijos, conseguir un trabajo “estable” o comprar una casa, incluso si estas opciones no nos hacen felices.

¿Por qué lo hacemos?:
Los “deberías” suelen estar arraigados en normas sociales, culturales o familiares que hemos interiorizado.

¿Cómo evitarlo?:

  1. Cuestiona cada “debería”. Pregúntate: “¿Esto es algo que realmente quiero o algo que se espera de mí?”.

  2. Haz una lista de tus propios valores y compáralos con las decisiones que estás tomando.

  3. Experimenta con pequeños cambios para ver qué tan alineados están con tus deseos.

  4. Permítete fallar, o hacer lo contrario a lo que se supone que deberías, y permítete aprender de las experiencias al navegarlas de forma compasiva y amable.

  5. Busca ejemplos de personas que hayan seguido caminos alternativos y han prosperado.

7. Confundir acción con dirección

Estar ocupadas puede darnos una falsa sensación de progreso. Podrías pasar semanas preparando un proyecto que realmente no te interesa porque te da la impresión de que estás avanzando.

¡Vale! Si, también he estado aquí.

¿Por qué lo hacemos?:

La acción nos distrae de enfrentar preguntas más profundas sobre hacia dónde queremos ir realmente.

¿Cómo evitarlo?:

  1. Evalúa periódicamente si las acciones que estás tomando te están llevando hacia tus metas reales.

  2. Dedica tiempo a reflexionar, incluso si eso significa pausar temporalmente la acción.

  3. Establece prioridades claras para no dispersarte.

  4. Pregunta: “¿Qué impacto significativo tendrá esta acción en mi vida a largo plazo?”.

  5. Asegúrate de que tus acciones se alineen con tus valores y objetivos principales.

8. Depender de la aprobación externa

Muchas veces buscamos validación en los demás para decisiones importantes. Si alguien cercano aprueba nuestra elección, podemos confundir eso con una señal de que estamos en el camino correcto.

¿Por qué lo hacemos?:
La aprobación externa nos brinda una sensación inmediata de seguridad y pertenencia. Pero, puede que estemos atascadas en una dependecia emocional que no nos beneficia para nada.

¿Cómo evitarlo?:

  1. Pregúntate: “Si nadie supiera de esta decisión, ¿seguiría siendo la correcta para mí?”.

  2. Practica tomar decisiones pequeñas sin pedir opinión externa.

  3. Rodéate de personas que respeten y apoyen tus elecciones, seas cuales sean.

  4. Fortalece tu autoestima a través de la autcompasión.

  5. Aprende a valorar más tu intuición que las opiniones ajenas.

 

¿Con qué quedarte?

Reconocer las formas en las que nos engañamos a nosotras mismas no es una tarea fácil, pero es un paso esencial hacia una vida más auténtica y satisfactoria. La clave está en cultivar la autoconsciencia y aprender a distinguir entre las decisiones que nacen de nuestros propios deseos y aquellas que son producto de presiones internas o externas.

El autoengaño puede ser cómodo a corto plazo, pero vivir alineadas con nuestros verdaderos valores y deseos te va a dar una satisfacción mucho más profunda.

Así que te invito a que la próxima vez que enfrentes una decisión importante, tómate un momento para reflexionar: ¿esto resuena realmente conmigo? La honestidad contigo misma es el mayor regalo que puedes darte.



OTROS ARTÍCULOS RELACIONADOS:

  • No trqabajes en tu atuoestima te cuento porqué y qué hacer en vez de eso - Leer Más

  • 7 señales de que estás siendo emocionalmente dependiente - Leer más

  • Cómo responder a las críticas de manera asertiva sin empeorar el conflicto - Leer más

  • ¿Cómo puedo tener más seguridad a la hora de tomar decisiones importantes? - Leer Más


 

¡HOLA, LYDIA POR AQUÍ!

Sensible introvertida que solía vivir con miedo a la intensidad de las emociones, pero con un gran propósito y sueño que siempre me atraía hasta donde estoy hoy.

Mi pasión, acompañarte a reconectar con quien verdaderamente eres, en integridad con tus valores, a que reclames tu poder, reconectes con tu fuerza y que te sientas radiante, valiente, sensual y vibrante en tu cuerpo, tu profesión y tus relaciones.

 

EXPLORA EL BLOG


 

ENVÍA TUS PREGUNTAS

De forma anónima, puedes enviar las dudas que tengas sobre algún aspecto de tu salud mental, tus relaciones personales, sexualidad y en general, sobre cómo mejorar tu Confianza & Bienestar.

Anterior
Anterior

¿Cómo de tóxico es tu positivismo? ¿Es peligroso? - Los riesgos del positivismo o el optimismo tóxico

Siguiente
Siguiente

7 señales silenciosas de que estás perdiendo tu poder personal (y cómo reclamarlo ahora mismo)