No empieces trabajando en tu autoestima, te cuento por qué.
La imagen que tenía de mi misma empezó verdaderamente a cambiar cuando conocí éste secreto.
Durante mucho tiempo pensé que trabajar en mi autoestima era lo que tenía que hacer para sentirme más confiada, más segura.
Pero mi autoestima era frágil, no porque no fuese más o menos saludable, sino porque:
Dependía de factores que no estaban bajo mi “control”,
No me ensañaba a navegar las emociones difíciles y,
Si las cosas no iban como yo esperaba, mi autoestima se veía definitivamente afectada.
¿Te ha pasado alguna vez que cuando las cosas te van bien, (consigues esa entrevista de trabajo, todo parece ir bien con tus vínculos, tu vida sexual va estupendamente, o, conseguiste materializar un deseo que tenías) te sientes bien contigo mismo/a, pero cuando hay problemas, tu forma de valorarte cambia, dejas de confiar en tus capacidades y tiende a caer en pico tu bienestar?
Esto puede implicar que te falta una herramienta que es aún más importante desarrollar que una autoestima más o menos saludable.
Pero antes de adentrarnos en esa herramienta vamos a aclarar algunos conceptos clave para entender bien de lo que estamos hablando ¿Te parece?
¿Qué es eso de la autoestima?
La autoestima se refiere a la valoración que tienes de ti mismo/a.
Es un juicio que haces sobre tus capacidades, tus características personales, quien eres, cómo eres, las habilidades o no que tienes… Es la valoración positiva o negativa que haces de tu autoconcepto.
Se basa en nuestras experiencias de vida y el cómo nos han valorado o no. Es la opinión que tenemos de nosotros/as mismos/as y a esto impacta nuestro ambiente y la cultura social y familiar en la que nos vemos sumergidos/as.
Dicen que una autoestima saludable se caracteriza por tener una visión realista y positiva de quién somos, aceptarnos y querernos como somos, confiar en nuestras habilidades y creer que somos capaces de afrontar las dificultades y los retos de forma eficaz.
Una autoestima poco saludable se suele caracterizar por una valoración negativa de nuestro autoconcepto, de quienes somos, acompañada de falta de confianza en nuestras capacidades y una tendencia a compararnos con los demás sintiéndonos inferiores; lo que, por supuesto, impacta en nuestra forma de relacionarnos con nosotros/as mismos/as y con el mundo que nos rodea.
En resumen es una valoración de cómo nos sentimos respecto a quien creemos ser. Nuestro valor percibido dependerá de nuestra forma de mirar este autoconcepto.
¿Y qué es eso del autoconcepto?
El autoconcepto hace referencia a la imagen que tenemos de nosotros/as mismos/as, no a la valoración de la misma, es decir, la percepción de cuáles son nuestras características más destacables, nuestras limitaciones, nuestros valores.
Es un constructo psicológico que se desarrolla a lo largo del tiempo con nuestra experiencia de vida y nuestras interacciones con el mundo que nos rodea.
Incluye aspectos de nuestra identidad, apariencia física, talentos, habilidades, relaciones que hemos creado, creencias, valores, emociones, pensamientos. Es una construcción dinámica y que va cambiando..
Básicamente es la imagen que tenemos de lo que somos y nuestras capacidades, así como de nuestros límites, pero sin juicio, sin una valoración emocional de estas características.
Entonces ¿Cómo se construye una autoestima saludable?
El desarrollo de una autoestima saludable, es decir, de una valoración de nuestro autoconcepto amable, dependerá de muchos factores:
Las experiencias de vida que hayas tenido, como tus logros o tus fracasos. Si has tenido éxito o no en aquello que es importante para ti
Las relaciones personales, la cultura familiar, las relaciones con amigos/as, tus maestros/as, y la cultura que se haya generado en tu entorno más cercano; lo que las personas de tu alrededor valoran más de ti o en general, de tus compis de trabajo o de estudios, y la opinión que tienen sorbe ti…
La opinión que formas sobre ti mismo/a, que puede verse influenciada por tus expectativas, las demandas de tu entorno o los mensajes negativos o positivos que hayas recibido sobre ti a lo largo de tu vida
La valoración que haces sobre tus capacidades y habilidades para afrontar y superar los retos y las dificultades que te has encontrado durante tu vida
El valor que haces sobre tu capacidad de crear y mantener relaciones significativas para ti.
Todos estos factores impactarán en la creación de una autoestima saludable, es decir una valoración equilibrada, realista y positiva de ti mismo/a. Una percepción adecuada de nuestras habilidades, cualidades y limitaciones, sin sobrevalorarnos o sin subestimarnos.
¿Cuales son las características de alguien con una autoestima saludable?
Antes de continuar vamos a echar un vistazo a lo que implica más a fondo y qué características se pueden observar en alguien con una autoestima saludable:
◈ACEPTACIÓN Y RESPETO PROPIO◈
Capacidad de valoración y aceptación de cómo eres, ser capaz de ver especialmente tus fortalezas. De practicar el respeto propio, valorando tu dignidad, y teniendo en cuenta los éxitos y los logros en tu vida.
◈AUTOCONFIANZA◈
Confiar en tus capacidades y tener seguridad en ti mismo/a. Estas personas reconocen que tienen los recursos necesarios o habilidades suficientes para enfrentar los desafíos de la vida o alcanzar sus objetivos, o al menos, saben que pueden encontrar los recursos y el apoyo necesarios para ello.
◈AUTONOMÍA Y ASERTIVIDAD◈
Tienes capacidad para tomar decisiones, comunicar y expresar tus emociones y tus pensamientos de forma asertiva. Estas personas se sienten cómodas estableciendo límites desde el amor propio, defendiendo sus necesidades y sus derechos sin agresividad.
◈AUTOCOMPASIÓN◈
La amabilidad y la compasión forma parte de una autoestima saludable. La manera en que te hablas y la amabilidad con la que te tratas es clave como veremos en el desarrollo no solo de tu autoestima sino de muchísimos otros aspectos. Eres capaz de reconocer que todos tenemos imperfecciones y cometemos errores, pero que eso no te quita valor como persona.
◈RESILIENCIA◈
Enfrentar los desafíos de la vida y superar las dificultades habiendo aprendido de ello y atravesando los fracasos de forma constructiva forma parte de alguien con una autoestima saludable. Alguien que se motiva y se supera tras las dificultades es alguien con una capacidad de resiliencia alta y que demuestra tener una autoestima saludable.
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Esto no implica que tengas que sentirte bien todo el tiempo o que tengamos que bordar la “perfección”.
Los altibajos emocionales forman parte de la vida y pasar por momentos de inseguridad o de duda también.
Aceptar esto como parte de la vida aunque a veces nos de rabia, implica una autoestima saludable, ya que estás manteniendo una sensación de valía genera y confías en los procesos por los que pasas.
Pero después de todo ésto ¿por qué se dice que no merece trabajar en tu autoestima?
Aunque la autoestima está relacionada con tu bienestar psicológico, tu salud mental y tu rendimiento, el punto o la herramienta a desarrollar más potente en la que trabajar es precisamente uno de los aspectos nombrados con anterioridad porque, es éste la clave de una autoestima saludable, e impacta con fiereza en todas las áreas de tu vida.
Según Kristin Neff, profesora universitario y psicóloga que ha basado su trabajo y sus investigaciones en el desarrollo de ésta herramienta, la autocompasión, afirma que es ésta precisamente la forma más efectiva de mejorar nuestra salud emocional y nuestro bienestar. Aún más que trabajar en nuestra autoestima.
Y nos da varias razones:
◈INCLUSIVIDAD◈
La autocompasión es más inclusiva. A diferencia de la autoestima donde se valoran y se tienen en cuenta los aspectos positivos, los éxitos, los logros, las capacidades y habilidades que nos conforman; la autocompasión implica aceptar y valorar todos los aspectos, tanto los positivos como los negativos. Esto significa ser amables con nosotros/as mismas incluso cuando cometemos errores o fallamos.
◈DEPENDENCIA DE FACTORES EXTERNOS◈
La autocompasión depende menos de los factores externos como el éxito que tengas en tu trabajo o tus relaciones. Esto hace que la autoestima que si depende más de esto sea más frágil y difícil de mantener. Un ejemplo sencillo es que si no tenemos un trabajo o incluso un trabajo que nos autorrealice, es probable que nuestra autoestima tienda flaquear. Muchos se valoran en función del trabajo que tengan. Sin embargo, la autocompasión en usa forma interna de aceptación, valoración y cuidado que no depende de factores como éstos, lo que la convierte en constructo más duradero y resistente a las dificultades.
◈ES MAS EFECTIVA PARA NAVEGAR EMOCIONES DIFÍCILES ◈
La autocompasión te ayuda a manejar emociones incómodas como la ansiedad o la tristeza, permitiéndote ser amable contigo misma, en lugar de juzgarte, valorarte o criticarte por estar experimentando una emoción incómoda.
Pero, ¿Cual es la diferencia entre autoestima y autocompasión?
La autoestima y la autocompasión como hemos visto están relacionadas en términos de cómo las personas se valoran a sí mismas y se tratan a sí mismas.
Aunque son conceptos diferentes, ambas pueden influir en la salud emocional y el bienestar de una persona de maneras similar.
Estos dos conceptos están relacionados y pueden influirse mutuamente de manera positiva.
La autocompasión implica tratarse a uno mismo con amabilidad y comprensión en momentos de dificultad, en lugar de ser duro y autocrítico. Al practicar la autocompasión, las personas cultivan una relación más amable y compasiva consigo mismas, lo que puede tener un efecto positivo en su autoestima. Al desarrollar una actitud de aceptación y cuidado hacia uno mismo, las personas pueden aumentar su sentido de valía y valor personal, contribuyendo a una autoestima más saludable.
Por otro lado, una autoestima saludable puede fomentar la autocompasión. Cuando una persona tiene una autoestima positiva y se valora a sí misma, es más probable que sea compasiva consigo misma. Una autoestima saludable proporciona una base sólida para reconocer y aceptar el sufrimiento propio, permitiendo que la autocompasión florezca.
En conjunto, la autocompasión y la autoestima pueden formar una espiral ascendente de bienestar emocional.
Practicar la autocompasión puede mejorar la autoestima al cambiar la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos; y, tener una autoestima saludable puede fomentar la autocompasión al proporcionar una base sólida de aceptación y valoración personal.
Entonces ¿en qué enfocarse para mejorar tu confianza y bienestar general?
Es importante destacar que la relación entre autocompasión y autoestima es compleja y puede variar según la persona y el contexto.
Trabajar en ambas áreas, cultivando la autocompasión y desarrollando una autoestima saludable al mismo tiempo, puede ser beneficioso para promover el bienestar emocional y una relación positiva con uno mismo.
Sin embargo, segun Kristin Neff y su trabajo, enfocarnos en la autocompasión para empezar, en vez de la autoestima, puede aportar:
Una mayor estabilidad emocional
Desarrollar una aceptación incondicional
Aumentar tu capacidad de resiliencia (lo que también impactará en la creación de una autoestima saludable como hemos visto)
Y además, ya que la autocompasión no solo se enfoca en uno mismo sino en los demás, ayudará a mejorar la forma en que te relacionas con los demás, desarrollando mayor empatía y compresión en tus relaciones interpersonales, y promoviendo un sentido de pertenencia y conexion social importantísimo en la contribución a tus niveles de salud y bienestar.
Es decir, desarrollar una actitud más amable, compasiva y comprensiva hacia uno mismo, lo cual puede tener beneficios duraderos para la salud emocional y el bienestar general, es decir, desarrollar la autocompasión es la clave. Aunque la autoestima sigue siendo importante, la autocompasión proporciona una base más sólida y duradera para el cuidado y la aceptación de uno mismo/a.
¿Con qué quedarte?
La autoestima depende de las experiencias que vivimos, de nuestros éxitos y nuestros fracasos, de las opiniones de los demás, de lo que se valora o no en nuestra cultura y nuestro entorno familiar y de los mensajes que recibimos acerca de nosotros/as mismos/as entre otros factores. Y aunque es importante desarrollar una autoestima sana, según Kristin Neff, la autocompasión es una forma más efectiva de mejorar nuestra salud emocional y bienestar que la autoestima, ya que es más inclusiva, menos dependiente de factores externos y más efectiva para manejar emociones difíciles.
Es importante recordar que tanto la autocompasión como la autoestima son importantes para nuestra salud emocional y bienestar, y que pueden ser desarrollados y practicados de manera efectiva dependiendo de las circunstancias de cada individuo.
En resumen, aunque la autoestima y la autocompasión son conceptos diferentes, pueden influirse mutuamente y trabajar juntos para promover la salud emocional y el bienestar general, y conecntrarnos en trabajar la autocompasión puede ser un buen primer paso.
¿Y sabes qué?
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Sensible introvertida que solía vivir con miedo a la intensidad de las emociones, pero con un gran propósito y sueño que siempre me atraía hasta donde estoy hoy.
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