Del Impulso a la calma: Cómo navegar la Satisfacción de urgencia y Recuperar tu poder y Libertad
Tu también debes de haber vivido al menos durante alguna temporada con alguna que otra adicción. Ya sea a alguna sustancia o a alguna conducta o quizás a alguna relación o dinámica relacional. ¿Verdad que si? Está bien, no pasa nada, estamos todos en el mismo saco.
Vivimos en una era donde la gratificación instantánea es la norma. Desde el scroll infinito en redes sociales hasta el acceso inmediato a comida, entretenimiento y compras, nuestro cerebro se ha acostumbrado a obtener lo que quiere en segundos. ¡Inyección de Dopamina!
Nos pegamos horas en el teléfono, o fumamos después de haber dicho que se había acabado, o le escribimos cuando nos habíamos jurado que no lo haríamos.
Hay un patrón, un impulso, una necesidad de satisfacer una urgencia de forma inmediata.
Este patrón se repite en muchos hábitos que queremos cambiar: fumar, comer en exceso, procrastinar, compra de cosas que no necesitamos, Tinder o Bumble., redes sociales… [Añade tu cosita particular]
Cuando sentimos la urgencia de hacer algo, suele parecer incontrolable. Pero, ¿realmente lo es?
Te traigo noticias buenas ¡como siempre! :) Y es que la urgencia no es una orden que debas obedecer, sino una sensación corporal temporal. Y con la práctica adecuada, podemos aprender a gestionarla en lugar de reaccionar automáticamente.
Hoy quiero hablarte un poquito más sobre ésta sensación de urgencia ¡Que me conteste ya >.< ! y darte una opción de cómo navegarla, de forma que pases de sentir el impulso, a la calma y a la libertad. Cuanto más practiques lo que hoy te comparto más fácil te será :)
¿De dónde nace la urgencia?
La urgencia no surge de la nada. Es una respuesta del cerebro que tiene raíces en la evolución y en la neuroquímica. Así de simple.
RECOMPENSA
Cuando nos comemos un dulce, fumamos o miramos el móvil, cosas que son “placenteras” ya sea porque nos gustan o porque apaciguan una carencia, el cerebro libera dopamina, todo aquello que considere como una recompensa >>> dopamina.
Este neurotransmisor nos hace sentir muy bien y con el tiempo hace que asociemos ciertos hábitos con este gustito, dándonos un empujoncito a repetirlos mediante esa sensación de urgencia.
EVOLUCIÓN Y SUPERVIVENCIA
Nuestro cerebro ha evolucionado a un ritmo mucho mas lento que nuestra sociedad y aunque ahora no existen los mismos riesgos a los que se que enfrentaban nuestros antepasados (comer cuando había comida, buscar refugio en caso de peligro), nuestro cerebro busca el placer inmediato y evita el malestar. ¡Esto era una conducta que les mantenía vivos! Actuar rápido nos salvaba la vida :)
Sentimos urgencia no porque realmente necesitemos algo, sino porque el cerebro ha aprendido que esa acción genera una sensación placentera o reduce la incomodidad. Y por otro lado, “podría salvarnos la vida”.
Saber esto es clave, porque nos ayuda a entender cómo funciona, y tener así un poco más de compasión con lo que nos sucede. A más de una he escuchado darse látigos por costarle dejar un hábito establecido durante toda la vida…
Diferencia una urgencia de una necesidad real
Antes de aprender a navegar la urgencia, sería interesante saber qué es y en qué se diferencia de una necesidad real de una urgencia. Así sabemos cuándo es importante parar y qué elegir.
Urgencia
ALIVIO O PLACER INSTANTÁNEO: Una urgencia viene acompañada con una sensación de ansiedad, de inquietud, y que aparece de manera automática; ese impulso repentino de hacer algo para obtener placer o evitar la sensación que nos produce.
Necesidad
Una necesidad real es algo que el cuerpo o la mente requieren para funcionar bien (comida cuando hay hambre real, descanso cuando hay cansancio, conexión cuando hay soledad).
¿Pero cómo diferenciarlo en el momento?
Pregúntate: ¿Esto es algo que mi cuerpo y mente realmente necesitan, o es solo una reacción automática que tengo para aliviar algo?
La Urgencia y su Relación con la Ansiedad
¿La urgencia y la ansiedad? Son muy amiguitas.
La urgencia está estrechamente relacionada con la ansiedad.
Ambas son respuestas a una necesidad inmediata de alivio, y ambas se alimentan mutuamente.
Cuando sentimos ansiedad (por estrés, miedo, incomodidad), nuestro cuerpo y mente buscan maneras de calmar esa sensación rápidamente. Aquí es donde entra la urgencia.
La urgencia surge como una forma de lidiar con la ansiedad.
Es una estrategia, aunque inconsciente, para escapar temporalmente de una sensación de malestar.
🔖 ¿Cómo se observa en la práctica?
Cuando experimentas una urgencia, pregúntate
¿Qué estoy tratando de evitar con esta acción?
Es probable que estés intentando reducir una sensación de ansiedad o incomodidad.
Al tomar conciencia de esta relación, puedes aprender a abordar la raíz de la ansiedad en lugar de ceder al impulso inmediato.
La Urgencia en tus relaciones
La urgencia no solo se manifiesta a nivel individual, sino que también puede aparecer en nuestras relaciones.
LA URGENCIA Y LA BÚSQUEDA DE VALIDACIÓN:
Muchas veces, la urgencia surge en las relaciones cuando buscamos una gratificación inmediata a través de la aprobación o la validación externa. Por ejemplo, en una relación de pareja o en interacciones sociales, podemos sentir la urgencia de recibir reconocimiento o atención para aliviar una sensación de inseguridad o ansiedad.
URGENCIA EN LA COMUNICACIÓN:
También puede verse reflejada en la urgencia por responder rápidamente a mensajes, especialmente cuando el deseo de ser escuchada o reconocida es más fuerte que la paciencia para procesar lo que estamos viviendo. O, puede tener que ver también con la necesidad de lidiar con la incertidumbre, querer ya una respuesta, porque la incertidumbre nos produce, a todos, cierto grado de ansiedad.
¿Sensación de urgencia y el apego ansioso?
La sensación de urgencia no es algo que suceda solo en el área de crear o eliminar hábitos como vemos, sino también en nuestras relaciones.
En el contexto de las relaciones, la urgencia también está estrechamente relacionada con nuestros patrones de apego.
¿Seguro te suena eso del apego ansioso o evitativo verdad? Si no te dejo otro artículo relacionado con ésto muy pronto.
El caso es que cuando a las personas se nos activa un estilo de apego ansioso, solemos experimentar una mayor urgencia en las relaciones. Esto se debe la búsqueda constantemente de validación externa para sentir seguridad y conexión. El cerebro interpreta que la conexión está en peligro o en riesgo (incluso si no es así), y surge esa urgencia o necesidad de un contacto inmediato o la búsqueda de una resolución inmediata.
¿Cómo se ve esto en la práctica? Las personas con apego ansioso pueden sentir una urgencia inmediata por recibir respuestas rápidas o afecto en momentos de inseguridad, lo cual puede generar dependencia emocional. En estos casos, la urgencia se convierte en una estrategia para mitigar el miedo al rechazo o al abandono.
¿Qué puedes hacer al respecto?
Observar cómo el apego influye en nuestras urgencias puede ayudarnos a reconocer patrones automáticos. Practicar mindfulness en estos momentos puede permitirnos respirar y dar espacio antes de reaccionar. En lugar de actuar impulsivamente, podemos elegir responder de manera más consciente y equilibrada.
Aquí te dejo una práctica guiada gratuita de cómo navegar la urgencia y meditación guiada para que puedas practicar cada vez que la sientas.
¿Qué pasa si ya cedí a la urgencia? Cómo navegar la culpa
A veces simplemente no podemos o no queremos evitarlo. Queremos ceder ante esa sensación de urgencia y al hábito o al chute de dopamina. No pasa nada.
Es común sentir frustración o culpa después de ceder a un impulso, sobre todo si nos castigamos o estamos con el látigo dale que te pego: “si es que ya lo decia mi madre, soy débil”, “siempre he sido una vaga”, “si es que no tengo voluntad, jamás lo conseguiré” “soy XXXX para que le hablo…” Pero esto solo va refuerzar el ciclo.
En lugar de castigarte, ¿que pasaría si lo intentas ver como una oportunidad de aprendizaje?
Observa sin juzgar: En lugar de decir "fallé", pregúntate: “¿Qué sentía antes de hacerlo?”
Identifica el desencadenante: ¿Fue el estrés, el aburrimiento, la ansiedad?
Elige responder con amabilidad: Trátate con la misma compasión con la que tratarías a un amigo. Puede ser un momento perfecto para hacer alguna práctica de autocompasión.
Lo importante no es nunca ceder, sino aprender de cada experiencia para que la próxima vez tengas más herramientas y seguir practicando.
Reduciendo la Frecuencia de las Urgencias: Estrategias Prácticas
Las urgencias pueden parecer impredecibles, pero si las observamos bien, tienen patrones. Aquí hay tres estrategias para reducirlas:
Identifica desencadenantes: Presta atención a qué situaciones, emociones o lugares te generan más urgencias.
Retrasa la respuesta: Cuando sientas un impulso fuerte, espera 1-2 minutos antes de actuar. Muchas veces, la urgencia disminuye sola
Cambia el hábito: Si siempre comes algo dulce al ver televisión, intenta tomar agua o hacer una breve pausa en su lugar.
Un dato clave: La mayoría de las urgencias no duran más de 10 minutos. Si logras observarlas sin actuar, se debilitan con el tiempo.
Mindfulness: Una Herramienta Científica Contra la Urgencia
El mindfulness (atención plena) es una herramienta poderosa para cambiar la relación con nuestras urgencias.
¿Cómo ayuda el mindfulness?
Te permite notar la urgencia sin reaccionar automáticamente.
Reduce la ansiedad que muchas veces dispara los impulsos.
Fortalece la capacidad de tomar decisiones conscientes.
Práctica rápida:
Cuando sientas urgencia, detente por un momento.
Respira profundamente y nota dónde sientes la urgencia en el cuerpo.
Pregunta: “¿Qué es lo que realmente necesito en este momento?”
¿Cuánto tiempo necesitas para ver resultados?
Con solo 10 minutos al día, en 8 semanas ya hay cambios en el cerebro que ayudan a gestionar los impulsos.
Te dejo por aquí una infografía de los pasos con un poco más de información para que te animes a usarla cuando sientas urgencia.
¿Funciona para cualquier hábito o adicción?
Sí. Aunque cada hábito tiene sus particularidades, la base de todas las urgencias es la misma: una respuesta automática del cerebro en busca de alivio o placer rápido.
Ejemplos de urgencias comunes:
Fumar después de una comida o con el café.
Comer algo dulce cuando estás estresado.
Revisar el móvil compulsivamente.
Comprar algo por impulso.
Lo que cambia no es la urgencia en sí, sino cómo decides responder a ella.
¿Con qué quedarte?
En definitiva, la urgencia no es una orden, sino una sensación pasajera que podemos aprender a observar sin reaccionar automáticamente. Comprender su origen en la neuroquímica y en nuestra evolución nos ayuda a afrontarla con más compasión, sin culpas ni juicios. Cambiar un hábito no es cuestión de fuerza de voluntad, sino de entender cómo funciona la urgencia y aprender a gestionarla con consciencia. En lugar de luchar contra ella o ceder de inmediato, podemos desarrollar estrategias para reducir su intensidad, identificar sus desencadenantes y responder de manera más consciente. Al entrenar nuestra capacidad de pausa y elección, recuperamos nuestro poder y libertad, dejando de ser esclavos de impulsos momentáneos. No se trata de ser perfectos, sino de practicar cada día pequeñas elecciones que nos fortalezcan, recordando que cada vez que elegimos con consciencia, nos acercamos más a la calma y al equilibrio que buscamos.
OTROS ARTÍCULOS RELACIONADOS:
No trabajes en tu atuoestima te cuento porqué y qué hacer en vez de eso - Leer Más
Formas sutiles en las que nos engañamos a nosotras mismas para acabar haciendo algo que no resuena con nosotras y cómo evitarlo - Leer Más
7 señales silenciosas de que estás perdiendo tu poder personal (y cómo reclamarlo ahora mismo) - Leer Más
¡HOLA, LYDIA POR AQUÍ!
Sensible introvertida que solía vivir con miedo a la intensidad de las emociones, pero con un gran propósito y sueño que siempre me atraía hasta donde estoy hoy.
Mi pasión, acompañarte a reconectar con quien verdaderamente eres, en integridad con tus valores, a que reclames tu poder, reconectes con tu fuerza y que te sientas radiante, valiente, sensual y vibrante en tu cuerpo, tu profesión y tus relaciones.
EXPLORA EL BLOG
ENVÍA TUS PREGUNTAS
De forma anónima, puedes enviar las dudas que tengas sobre algún aspecto de tu salud mental, tus relaciones personales, sexualidad y en general, sobre cómo mejorar tu Confianza & Bienestar.