Tu Cuerpo Sabe Cómo Sanar · Una práctica ancestral para liberar el estrés y disolver el trauma en tu cuerpo ·

Un accidente de tráfico, un cuerpo a salvo pero en shock debido al impacto, y una persona mal informada que trata de ayudar parando el temblor de un cuerpo que lo único que trata es de regularse y procesar el impacto vivido. Ésta es una imagen que se me quedó bien grabada cuando empecé a estudiar sobre Trauma y su impacto psicosomático.

Cuando me enteré de que no permitir los temblores espontáneos, la energía que se desata con el impacto de un trauma (sea cual sea) queda atrapada en el cuerpo, causando síntomas de estrés postraumático, ansiedad y tensión crónica me cuestioné muchas cosas.

Entre las preguntas que me hice estuvieron: ¿Por qué sucede ésto? ¿Por qué no se tiene en cuenta en el sistema médico aún, y se sigue tratando de sedar a la persona para que no experimente este tipo de reacciones o emociones? ¿Cueles son los peligros de querer controlar hasta el más mínimo movimiento o asustarnos cuando estas respuestas biológicas y naturales ocurren en nosotros o en nuestros peques con la intención de restaurar el equilibrio?

Y es que cuando una persona experimenta un evento traumático, su sistema nervioso se activa en modo de lucha, huida o congelamiento. Y este ciclo del estrés debe completarse o quedará atrapado hasta que se le preste la debida atención haciendo que el trauma se acumule y se somatice.

Hoy, por si casualidad te haces las mismas preguntas, y por la importancia del contenido, vengo a compartirte unas cuantas respuestas y una práctica ancestral que puedes empezar a practicar para liberar el estrés, cerrar los ciclos y disolver el trauma en tu cuerpo. 

Los peligros de interrumpir los ciclos del estrés y reprimir los temblores naturales

Quiero empezar con esta idea de lo malo que es tratar de CONTROLAR (qué gran palabra) nuestras respuestas ante un evento traumático o su proceso.

No digo que no sea importante el regresar a la sensación de sentirnos a salvo y enraizadas mientras nos ocurren, o justo después, esto es otro tema. Hablo del tratar de evitar que nos tiemblen las manos, evitar los bostezos, los impulsos de nuestro cuerpo de lucha, de huida o de quedarnos bien quietas ante una experiencia difícil, o cuando comenzamos a procesarla.

El cuerpo necesita sentirlo, de manera segura y gradual por supuesto. En éste blog hablo del concepto de titulación que hace referencia a ésto y lo importante que es cuando hablamos de nuestro sistema nervioso y trauma. Pero el punto clave es SENTIRLO y que nuestro cuerpo reaccione como quiera reaccionar o emule la forma en que quería reaccionar y no pudo.

Cuando el cuerpo experimenta un evento estresante o traumático, activa respuestas automáticas de lucha, huida o congelamiento. Si estas respuestas no se completan, la energía del estrés queda atrapada en el cuerpo, generando tensión crónica y e impactando nuestro bienestar físico y emocional.

Interrumpir los temblores naturales puede tener consecuencias como:

  • ESTRÉS Y ANSIEDAD PERSISTENTES: Como hemos dicho, la energía que no se libera sigue activando el sistema nervioso, manteniendo al cuerpo en un estado de alerta constante. ¿Qué ocurre con esto? Que nos vemos tomando decisiones y actuando desde un sistema nervioso que no esta en calma, que no se siente a salvo, un sistema condicionado. Y esto nos puede hacer perder muchas oportunidades de expresarnos de manera auténtica y de hacer lo que verdaderamente queremos y deseamos para nosotras. Se convierte en una prisión.

  • SÍNTOMAS PSICOSOMÁTICOS: Dolores musculares, migrañas, fatiga crónica, insomnio… pueden ser el resultado de la acumulación de tensión en el cuerpo debido a estos ciclos del estrés no cerrados.


  • DESCONEXIÓN CUERPO - MENTE: Suprimir estas respuestas naturales nos desconecta de nuestras señales corporales. Esto hace nos sea más difícil reconocer las señales que nos envía nuestro cuerpo, nuestras emociones, y por tanto nos sea más difícil navegarlas. Y ya sabemos que si suprimimos emociones creamos una pequeña o gran hoya a presión dentro que en algún momento dará un aviso mayor. Esta desconexión nos dificulta la capacidad de autorregulación emocional.


  • MAYOR VULNERABILIDAD AL TRAUMA: La incapacidad de completar los ciclos del estrés puede hacer que el cuerpo se quede atrapado en patrones de hiperactivación o disociación, y cuando nos enfrentamos a eventos no sólo traumáticos con T - mayúscula, sino naturales como pueden ser un duelo por la pérdida de un ser querido, o un aborto entre otras situaciones, aumenta la susceptibilidad a los mismos. Nuestra inteligencia emocional se ve disminuida al no estar conectadas y por tanto hay una mayor dificultad de navegar el impacto de estas nuevas experiencias desafiantes. 

La importancia de permitir que el cuerpo complete sus procesos naturales radica en restablecer el equilibrio del sistema nervioso y evitar que el trauma se encapsule en el cuerpo.

Así que hoy quiero hablarte de una práctica que puedes comenzar a llevar a cabo tu misma para reestablecer esta conexión con tu cuerpo, y ayudarle a sacudir el estres y a abrir la puerta a disolver experiencias pasadas.

¿Qué es el Shaking?

Me encanta este concepto por que es sumamente sencillo pero tiene muchísimo potencial y beneficios.

Te cuento más.

En el contexto de la práctica somática y la psicología, "shaking" puede traducirse de varias formas dependiendo del enfoque:

  1. "Sacudir el cuerpo" → Traducción más literal y accesible.

  2. "Sacudidas neurogénicas" → Más técnica, usada en métodos como TRE® (Tension & Trauma Releasing Exercises).

  3. "Temblores terapéuticos" → Se emplea en contextos de psicoterapia corporal y liberación somática.

  4. "Movimientos involuntarios de descarga" → Relacionado con la neurobiología del trauma y la autorregulación.

  5. "Vibración somática" → Se usa en prácticas de mindfulness y cuerpo-mente.

¿Te haces una idea no? 

El "shaking" o sacudida del cuerpo es una práctica somática que consiste en permitir que el cuerpo se sacuda espontáneamente para liberar tensiones musculares, emocionales y nerviosas.

Es un ejercicio natural (aunque al principio pueda no parecerlo), es instintivo y profundamente restaurador que activa el sistema nervioso parasimpático, ayudando a reducir el estrés y la ansiedad.

Este fenómeno ocurre de manera orgánicaen los mamíferos después de una experiencia estresante o traumática, permitiendo que el sistema nervioso se regule y regrese a un estado de equilibrio. ¡Pero es que nosotros los seres humanos también tenemos ésta habilidad! ¿Qué pasa? Que con el tiempo y las normas sociales, hemos aprendido a reprimir estas respuestas naturales al estrés.

En terapia somática y neurociencia del trauma, la descarga somática es una herramienta clave para completar respuestas de lucha, huida o congelamiento que quedaron interrumpidas, ayudando a restaurar la seguridad y el bienestar en el cuerpo.

Asi pues, una descarga somática o sacudida es un proceso fisiológico y neurológico en el que el cuerpo libera tensión acumulada, energía atrapada o activación residual del sistema nervioso, generalmente a través de temblores, sacudidas, respiración espontánea, movimientos involuntarios o cambios en la postura.

Temblores, bostezos, suspiros profundos, sacudidas espontáneas en momentos de relajación o despues de una experiencia intensa… son todo ejemplos de esta restauración del equilibrio. LA SABIDURÍA DEL CUERPO. 

¿Porqué es una práctica ancestral?

El shaking es una técnica ancestral porque se basa en respuestas instintivas del cuerpo que han existido desde tiempos primitivos. Antes de que la medicina moderna y las terapias formales fueran desarrolladas, muchas culturas ya utilizaban movimientos espontáneos, sacudidas y danzas como formas de liberar tensiones, sanar traumas y conectar con estados de trance o relajación profunda.

Algunos ejemplos históricos incluyen:

  • Prácticas chamánicas: En diversas culturas indígenas, los rituales de sanación incluían movimientos vibratorios y sacudidas para liberar energías “negativas” (ya saben lo poco que me gusta etiquetar de negativas la energía de las emociones incómodas) y restaurar el equilibrio del cuerpo.

  • Danzas tribales: En África, América, Asia y Oceanía, muchas comunidades utilizaban danzas rítmicas y sacudidas corporales como parte de sus ceremonias espirituales y de sanación.

  • Qigong y otras prácticas orientales: En la medicina tradicional china y otras tradiciones orientales, se han empleado ejercicios vibratorios para desbloquear la energía estancada (Qi) y restaurar la armonía interna.

  • Sufismo y estados extáticos: En el sufismo, la danza giratoria (derviches) y otros movimientos involuntarios han sido utilizados para alcanzar estados de éxtasis y sanación espiritual.

  • El Kundalini yoga menciona la liberación de energía a través de sacudidas espontáneas.

El shaking  no es una invención moderna, sino una reintroducción consciente de algo que los humanos han hecho de manera natural y ritualística durante milenios.

Re- deescubrimiento del shaking

Comienza a estudiarse en la década de 1970 el Shaking con el Dr. Peter Levine, creador de Somatic Experiencing, a través de la observación de que los animales en la naturaleza descargan el estrés sacudiéndose después de una experiencia traumática. ¿Has visto un perro cuando acaba de tener una pelea o una interacción estresante? Se sacude, bosteza… 

En psicología, se ha estudiado cómo el sistema nervioso autónomo (especialmente la respuesta de lucha, huida o congelamiento) puede regularse a través de movimientos involuntarios como temblores y sacudidas.

Y con el tiempo se han desarrollado metodologías como la TRE (Tension & Trauma Releasing Exercises) de David Berceli, en la década del 2000, que sugiere ejercicios específicos de vibración para la liberación de tensiones profundas en el cuerpo.

Así que tras usarse de manera ancestral, comenzó a estudiarse en el campo de la psicología somática, la neurociencia y la fisiología del trauma. Y comienzan a descubrir su efectividad y los mecanismos clave que intervienen en el proceso. 

¿Por qué funciona el Shaking?

La práctica del shaking hace que:

1) Primero de todo y como hemos ido leyendo, suceda la LIBERACIÓN DE LA TENSIÓN ACUMULADA en el sistema nervioso. Esa energía que no pudo ser expresada en un momento específico donde se activaron los mecanismos de lucha o huída, y por tanto no completándose el ciclo del estrés, queda atrapada en un estado hiperactivación o congelamiento. Cuando practicamos el shaking u otros ejercicios específicos que inciten la liberación y descarga de esa activación excesiva del sistema simpático, a través de temblores neurogénicos, o sacudidas espontáneas, se restaura el equilibrio.


2) Pero además se ACTIVA el sistema nervioso parasimpáctico (el MODO DE RELAJACIÓN Y SEGURIDAD de nuestro sistema) Sacudir el cuerpo induce un estado de relajación profunda al estimular el nervio vago, un componente clave del sistema nervioso parasimpático que regula la calma y la homeostasis.

Estudios en neurociencia aplicada (Van der Kolk, 2014; Ogden & Minton, 2000) muestran que el movimiento espontáneo puede activar el "circuito de seguridad" en el cerebro, ayudando a restaurar la sensación de bienestar.

3) Y mejora la CONEXIÓN CUERPO-MENTE Y CAPACIDAD DE AUTORREGULACIÓN EMOCIONAL.  Se ha demostrado que el shaking ayuda a reducir los niveles de cortisol (hormona del estrés) y aumenta la producción de endorfinas y oxitocina, promoviendo sensaciones de calma y bienestar.

Investigaciones en Mind-Body Medicine han encontrado que este tipo de prácticas somáticas ayudan a mejorar la regulación emocional en personas con estrés crónico, ansiedad y trauma (Mehling et al., 2011).

4. Por último, pero no por ello menos importante (como me gusta esa frase…) DESBLOQUEA PATRONES DE TENSIÓN MUSCULAR CRÓNICA. Según estudios en fisiología muscular, el estrés prolongado provoca contracciones musculares crónicas (Wilke et al., 2020). La vibración y el shaking ayudan a interrumpir estos patrones, promoviendo una relajación profunda. 



El gran problema de nuestra sociedad moderna

¿Qué sucede en nuestra sociedad? ¿Que como no sabemos porque ocurre o nos asustamos, tratamos de controlarlo o peor aún, evitarlo (igual que tratamos de evitar emociones, o cosas que no nos gustan de nosotras mismas).

Hay un gran condicionamiento social: Desde la infancia, aprendemos que mostrar temblores, llanto o expresiones de vulnerabilidad es inaceptable en muchas culturas. Nos enseñan que la fortaleza implica autocontrol, lo que lleva a la supresión de estas respuestas naturales del cuerpo y nuestras emociones. DE NUEVO AQUÍ LA PALABRA CONTROL… 

Normas de género impuestas que forman parte de ese condicionamiento social: A los niños se les dice que "sean fuertes" y a las niñas que "sean buenas y tranquilas", ”los niños no lloran” “Las niñas a complacer y mantener cómodos al entorno”. Ésta imagen de ver a las niñas jugando sentadita y quietas sin mucho alboroto, mucho menos con expresiones de rabia… y a los niños peleando pero nada de mostrar tristeza ¿no te sigue viniendo como una imagen “ideal típica”? Esto refuerza la represión de emociones y respuestas somáticas.

Escuela y disciplina: En la educación tradicional, moverse demasiado o expresar emociones a través del cuerpo suele verse como falta de disciplina, lo que contribuye a la desconexión con las respuestas naturales del sistema nervioso. ¡Todos sentaditos, quietitos y callados en sus pupitres por favor! 

Claro, la supresión constante de estas descargas somáticas puede llevar a una mayor predisposición al estrés crónico, ansiedad y otros trastornos psicosomáticos en la adultez. No me extraña que en nuestra sociedad haya, según datos del Ministerio de Sanidad de España de 2017, un 8,8% de mujeres (¡alrededor de 2.2 millones de mujeres!) y un 4,5% de hombres (¡alrededor de 1.08 millones de hombres!) diagnosticados con algún trastorno de ansiedad. 

¿Quién puede beneficiarse del shaking?

Todas esas mujeres y hombres diagnosticados y los que no lo están. Cualquiera que quiera sencillamente cerrar los ciclos del estrés a los que se enfrenta con esta práctica y más especificamente aquellas personas con: 

  • Personas con estrés crónico o ansiedad

  •  Quienes sienten tensión muscular o rigidez corporal

  •  Personas que han experimentado trauma y buscan una forma segura de liberar energía atrapada

  •  Aquellos que desean mejorar su conexión cuerpo-mente

  •  Cualquiera que quiera sentirse más relajado y con más vitalidad 

La práctica del Shacking 

Como hemos visto, estos temblores y respuestas se dan de manera automática y natural para cerrar los ciclos, sin embargo nosotras podemos promover que ocurran mediante la práctica.

Al principio esta práctica puede resultar rara ya que si no estas acostumbrada o nunca lo has hecho antes puede parecer algo muy mecánico o extraño, caótico, fuera de lo común, “de locos”.

A medida que vas practicando vas entendiendo su función y observando los beneficios, y ocurre una transicion de la práctica voluntaria a lo involuntario.

Esa transición del shaking de voluntario a involuntario ocurre porque el cuerpo necesita tiempo para soltar el control consciente y permitir que el sistema nervioso autónomo tome el mando.

Este proceso tiene que ver con la desinhibición de los reflejos naturales y con la activación del sistema parasimpático, que permite la autorregulación. 

LAS FASES: 

  1. Iniciación consciente (voluntario): Al principio, comienzas a moverte de forma intencional, sacudiendo el cuerpo de manera rítmica o vibrando ligeramente desde las piernas o las manos.Este movimiento estimula el sistema nervioso simpático y activa la circulación, generando una sensación de alerta y preparación.

  2. Liberación del control (semi-involuntario): Después de algunos minutos, si te relajas y respiras profundamente, el cuerpo empieza a encontrar su propio ritmo.La clave es dejar que el movimiento se vuelva más fluido sin imponer una estructura rígida. Aquí pueden empezar a aparecer microtemblores o sacudidas espontáneas, especialmente en músculos donde hay tensión acumulada.

  3. Activación de reflejos neuromusculares (involuntario): Cuando el sistema nervioso se siente seguro, el cuerpo activa mecanismos de descarga automática. Aparecen vibraciones espontáneas, similares a las que ocurren después de un susto o en momentos de relajación profunda. Estas sacudidas son una señal de que el sistema nervioso está liberando tensiones profundas sin que la mente tenga que intervenir. Aparece la sabiduría natural de nuestro cuerpo.

Estado de regulación y equilibrio: Una vez que el cuerpo ha temblado o vibrado lo suficiente, el sistema nervioso entra en un estado de calma. Se experimenta una sensación de alivio, relajación o incluso una mayor conexión con el cuerpo.

¿QUE FACTORES FACILITAN ESA TRANCISIÓN?

Para que el shaking pase de ser algo voluntario a algo espontáneo, es importante:

Crear un ambiente seguro: Sin juicios ni expectativas.
Respirar profundamente: El diafragma relajado facilita la descarga del sistema nervioso.
No forzar ni bloquear los movimientos espontáneos: Dejar que el cuerpo se exprese sin miedo.
Practicar con regularidad: Cuanto más lo hagas, más fácil será soltar el control mental.

Es como un viaje en el que el cuerpo aprende a confiar en sí mismo hasta encontrar su propio ritmo de sanación



¿QUÉ SABER ANTES DE PRACTICAR?

  1. ¿Es normal que me sienta raro o incómodo al principio?

    • Sí, porque no estamos acostumbrados a dejar que el cuerpo se mueva sin control consciente. La clave es soltar la vergüenza y permitirse experimentar.

  2. ¿Cuánto tiempo debo practicarlo para notar efectos?

    • Depende de cada persona. Algunos sienten alivio inmediato, mientras que otros necesitan varias sesiones para soltar tensiones profundas.

  3. ¿Necesito estar en un estado específico para hacerlo?

    • No, puedes hacerlo cuando te sientas ansioso, tenso o incluso sin un motivo aparente. Es una herramienta de regulación accesible en cualquier momento.

¿QUÉ SABER PARA CUANDO ESTÁS PRACTICANDO? 

  1. ¿Qué pasa si no siento nada o me cuesta soltar el control?

    • Es normal. Puedes empezar con movimientos más grandes y rítmicos, acompañándolos con respiración profunda, hasta que el cuerpo encuentre su propio ritmo.

  2. ¿Y si los temblores se vuelven demasiado intensos o incómodos?

    • Puedes bajar la intensidad reduciendo la velocidad o haciendo pausas. También puedes apoyar las manos sobre el pecho o el abdomen para sentir más seguridad o hacer prácticas de grounding que te devuelvan a tu centro, aquí y ahora. 

  3. ¿Es normal que surjan emociones inesperadas?

    • Sí. El cuerpo guarda tensiones emocionales, y liberarlas puede traer recuerdos, llanto, risa o incluso una sensación de alivio repentino. Todo es parte del proceso.

¿QUE SABER PARA DESPUÉS DE LA PRÁCTICA?

  1. ¿Cómo me aseguro de integrar los beneficios del shaking?

    • Después de practicar, puedes sentarte o acostarte en silencio por unos minutos para notar cómo te sientes. También ayuda beber agua y hacer respiraciones conscientes.

  2. ¿Puedo hacerlo todos los días o hay un límite?

    • Puedes hacerlo diariamente si te sienta bien. Lo importante es escuchar tu cuerpo y no forzar nada.

  3. ¿Puede el shaking reemplazar la terapia o el ejercicio?

    • No necesariamente, pero sí es una gran herramienta complementaria para reducir el estrés y mejorar la regulación emocional.

PRÁCTICA GUIADA: Shaking para liberar el estrés y la ansiedad

Antes de comenzar:

  • Busca un espacio donde te sientas cómoda y libre para moverte.

  • Usa ropa suelta y cómoda.

  • Puedes poner música rítmica y relajante si lo deseas. Aquí tienes una lista en Spotify que he creado específicamente para ésta práctica.

  • Mantén la mente abierta: no hay forma "correcta" de hacerlo.

 

¿Con qué quedarte?

El shaking es una herramienta somática accesible, natural y basada en la ciencia para la regulación del sistema nervioso y la liberación de tensión. Al activar mecanismos neurobiológicos de descarga de estrés, ayuda a restaurar la homeostasis y la sensación de seguridad en el cuerpo. Si nunca lo has probado, te recomiendo que lo hagas por unos minutos y observes cómo te sientes después. Puede sorprenderte lo efectivo que es para liberar tensión y generar una sensación de alivio profundo.



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Sensible introvertida que solía vivir con miedo a la intensidad de las emociones, pero con un gran propósito y sueño que siempre me atraía hasta donde estoy hoy.

Mi pasión, acompañarte a reconectar con quien verdaderamente eres, en integridad con tus valores, a que reclames tu poder, reconectes con tu fuerza y que te sientas radiante, valiente, sensual y vibrante en tu cuerpo, tu profesión y tus relaciones.

 

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