7 pasos para solucionar de forma práctica un problema
Una vez tomamos consciencia de que existe un problema en algún ámbito de nuestra vida, y hemos manejado el estrés inicial que ha podido ocasionar, es hora de ponernos manos a la obra e intentar solucionarlo, si tiene solución claro.
Y como a veces no sabemos ni por dónde empezar, de la psicología cognitiva-conductual, basada en la forma en que procesamos la información y cómo sentimos y actuamos en consecuencia, hoy te traigo 7 pasos detallados que puedes aplicar para solucionar un problema de la vida de una forma práctica.
¿Cómo suena eso?
¿Porqué es tan importante entender cómo solucionar un problema de manera práctica?
Saber cómo afrontar un problema de forma práctica puede ayudarte a evitar el desarrollo de problemas psicológicos futuros.
Mejora tu capacidad creativa a la hora de proponer soluciones y te ayudará a afrontar el problema de manera más rápida y con mejores resultados.
Te ayuda a tener variedad de opciones que puedan servirte a la hora de hacer frente a la situación difícil por la que estás pasando.
Y aumenta la posibilidad de que selecciones la solución correcta o más eficiente teniendo en cuenta todas las alternativas al haber analizado la situación con profundidad.
Pero ¿qué es en realidad un problema?
Igual te sorprende ver que a lo que te estás enfrentando no es en realidad un problema al leer la definición.
Un problema es una situación que te estimula, para la cual no tienes una respuesta de afrontamiento disponible en este momento, debido a la presencia de obstáculos determinados.
Estos obstáculos pueden ser:
Que se trate de una situación ambigua
No saber si serás capaz de dar una respuesta que te ayude a resolverlo
Que sea algo totalmente nuevo para ti
Que no tengas los recursos necesarios ahora
Es decir percibes que las demandas de ese estímulo externo (o problema) están por encima de tus posibilidades en este momento (sea por el motivo que sea).
NOTA IMPORTANTE
Recuerda que para que puedas resolver un problema debe estar “bajo tu control”.
Si no está bajo tu control (ya que depende de otra persona) te animo a plantearte si hay algo que tú puedas hacer.
Si lo hay, una vez hayas puesto de tu parte (si es que te lo han pedido), suelta, la responsabilidad de su solución no parece que sea tuya.
Si te cargas de los problemas de otros que no son tu responsabilidad, acabarás drenándote y resintiendo la relación que tienes con esa persona.
¿Qué tener en cuenta si o sí durante todo el proceso?
Es importante tomar contacto durante todo el proceso con cómo te sientes y con tu cuerpo.
De esta forma te aseguras de que vas por buen camino, de que lo que estás haciendo va acorde con lo que necesitas.
Por mucho que el proceso que te explico sea práctico y racional, no debes olvidarte que eres más que tu magnífica mente y, que estar en contacto contigo misma como un todo, es esencial para que disfrutes (todo lo que puedas) del camino y de la posible solución que estés llevando a cabo para aliviar el peso del problema.
Pasos prácticos para su solución
Suele pasar que tendemos a saltarnos pasos o quedarnos estancados en otros.
Aquí te van los pasos que puedes poner en marcha una vez hayas elegido el problema que quieres poner sobre la mesa y resolver.
Échale un vistazo y mira a ver lo que sueles hacer habitualmente, qué pasos te resultan más sencillos y en cuáles puedes pararte un poquito más.
PASO 1: ENTENDER EL PROBLEMA
El primer paso es evaluar el problema y tener una perspectiva objetiva de lo que está ocurriendo.
Si no hacemos un análisis profundo del problema el resto de los pasos se verán comprometidos, y la solución final puede no ser tan eficiente.
Este paso tiene dos fases:
FASE (A) Orientación al problema: Él cómo te orientes hacia el problema y la actitud con que lo afrontes te ayudará, o no, a ganar más fácilmente esta batalla.
Puedes preguntarte a tí misma:
¿Es el momento oportuno para empezar a solucionar éste problema? ¿Quiero/necesito dedicarle ahora tiempo y esfuerzo?
En vez de quedarnos atrapadas una y otra vez en la queja “porqué a mí”, “qué malo es el problema” (que está bien dedicarle tiempo a esto pero sin dejarnos consumir por la energía que ésta rumiación provoca) te propongo enfocar tu atención en las posibilidades ¿qué podría suceder si lo soluciono?
Prueba a plantearte ¿De qué manera puedo llevar una buena gestión emocional durante el proceso?
¿Cómo podría asegurarme de que la energía y esfuerzos que pongo en tratar de solucionarlo no me van a quemar?
¿Cómo podría valorar éste problema como un reto y una oportunidad para crecer, aprender y avanzar? ¿Qué puedo sacar de todo esto?
FASE (B) Definición y formulación del problema. Al definir el problema intenta:
Tener claro cuál es el problema, recabando toda la información objetiva que puedas, hechos relevantes sobre el mismo:
¿Cuáles son las causas? ¿Cómo empezó, cuándo, dónde y quiénes están involucrados?, ¿Qué obstáculos me encuentro o encontraré?Marcarte una meta realista de su posible solución:
¿Qué quiero?¿Qué no quiero? ¿Cuál es mi objetivo? ¿Qué es lo que conseguiría logrando mi objetivo? ¿Es un objetivo “realista”? ¿Siento que podría llevarlo a cabo?Valora qué has intentado para solucionarlo hasta el momento y cómo han funcionado o cómo no.
Averiguar cómo llevar la situación para asegurar tu bienestar. Prueba a visualizar lo que puedes necesitar durante el proceso para no quemarte y asegurarte de que estás bien.
¿Qué recursos/herramientas tengo ya, que me puedan ayudar? ¿Qué recursos es posible que necesite para mantenerme bien durante el proceso?
PASO 2: GENERAR ALTERNATIVAS PARA SU SOLUCIÓN
Aquí entramos en la fase de la tormenta de ideas, un espacio donde permitir que fluyan las posibilidades y formular tantas alternativas como sea posible.
Intenta pensar saliéndote de lo común utilizando tu creatividad sin quedarte con lo primero que te viene a la mente.
Quizás te resulte útil saber que:
Cuantas más alternativas generes (por muy locas que sean), mejores ideas estarán disponibles.
La combinación de ellas o la lectura de las mismas puede podría hacer aflorar alguna idea totalmente nueva, distinta y creativa que puede ser la solución que verdaderamente estabas buscando.
Mientras estás en este proceso trata de no editar las ideas, permite que fluyan, anota pero no edites, critiques o juzgues la idea, no es el momento de dar ese paso.
PASO 3: EVALUAR Y ELEGIR LA SOLUCIÓN
Es hora de evaluar qué alternativas tienes a la hora de resolver el problema y tomar una decisión.
¿Qué idea o ideas parecen poder ayudarte más y mejor a conseguir el tipo de solución que estás buscando?
¿Qué consecuencias podría tener esta solución, a corto, medio y largo plazo?
Ten en cuenta cuánto te va a costar o cuánto te va a beneficiar (a ti y a los que están involucrados) a la hora de elegirla.
Y, qué recursos vas a necesitar para conseguirlo y superar los potenciales obstáculos. ¿Qué material necesito? ¿Quién podría ayudarme?
Aquí sí se puede dar algún tipo de edición en el que la respuesta o la solución elegida pueda modificarse con el fin de cumplir tus objetivos.
En definitiva, la respuesta a la pregunta: ¿Qué es lo mejor que puedo hacer ahora, en las circunstancias en las que me encuentro? (Aunque no sea la solución perfecta)
PASO 4: ESTABLECER TU ESTRATEGIA Y LLEVAR A CABO EL PLAN
Se trata de decidir cómo lo vas a hacer y empezar a poner en práctica.
¿Cuándo lo pondré en marcha?¿Cuando estará listo? ¿Cómo sabré que ha funcionado? Establece indicadores tangibles, fechas, formas, y algo que te permita medir cómo sabrás si lo que has hecho tiene los resultados que esperabas.
Plantéate ¿Qué es lo peor que puede pasar? Y observa a ver que surge. A veces lo peor no es tan horrible; otras, pensar en lo peor que podría pasar, te puede traer a la mente soluciones extras o un plan B que te permita lidiar con esa posibilidad. Pero intenta no quedarte anclada en esta posibilidad, ya que puede ser que no se de.
Y por último, puedes preguntarte: ¿Qué es lo que me puede frenar? ¿Cómo me puedo asegurar de que ese obstáculo no frena a la hora de conseguir mi objetivo?
PASO 5: PONER EN PRÁCTICA
Si, si, muchas veces invertimos muchísimo tiempo y energía en los pasos anteriores y de repente, cuando llega el momento de dar el paso nos quedamos ahí.
¿Pero cómo sabrás que tu idea de solución del problema era buena o cómo vas a resolver el problema si no lo haces y lo pones a prueba?
Llénate de valor y experimenta, prueba a ver que pasa.
PASO 7: APRENDER Y CELEBRAR
Se trata de reflexionar sobre el problema y la solución que hemos elegido para ver si tenemos que hacer algún ajuste o alguna mejora, tras haber evaluado los resultados.
Puedes preguntarte:
¿Qué podemos cambiar?
¿En que podemos trabajar para mejorar nuestras posibilidades de solucionar este problema visto lo visto?
¿Qué ha salido bien hasta ahora?
¿Qué puedo celebrar de lo que he conseguido, de los pasos que he dado hasta el momento?
¿Qué hacer si la solución del problema no está bajo tu control?
Si la solución no está bajo tu control o no es tu responsabilidad, practica la aceptación.
Practica el soltar, el rendirte ante lo que tenga que ser, al menos de momento.
Date tiempo y espacio, quizás la solución te venga mañana o quizás no, pero mientras no la veas clara o notes que no depende de ti, elegir no malgastar tu energía en hacer razonar o cambiar a otra persona o en cambiar una situación que de verdad no tiene solución de momento, puede ser lo más sabio y lo que necesites en éste momento.
Dejar ir.
Aquí te dejo una práctica para trabajar la aceptación por si te encuentras en esa situación que te ayudará a gestionar las emociones que ésto te pueda provocar.
¿Con qué quedarte?
Bueno, es importante saber qué pasos prácticos existen a la hora de solucionar un problema.
Por raro que parezca, ésto no es algo que se nos enseñe en la escuela (no a mi generación por lo menos) y es bueno saber qué opciones tienes para gestionar los conflictos que surgen en tu vida.
Los 7 pasos para manejar cualquier problema de la vida de forma sencilla y práctica: (1) entender el problema, (2) generar alternativas, (3) evaluar y elegir la solución (4) establecer una estrategia y un plan, (5) ponerla en práctica (6) evaluar los resultados (7) aprender y celebrar; te dan algunas ideas de qué preguntas hacerte en cada etapa y cómo puedes desgranar el problema de forma que encuentres la solución más eficaz en tu caso particular.
Pero durante todo el proceso te invito a no perder de vista cómo te sientes y cómo está tu cuerpo, es decir, el estar presente con los pasos que vas dando para asegurarte de que lo que estás haciendo está alineado con tus valores, y que mantienes tu bienestar durante el camino.
Es más, si sientes que no puedes solucionar el problema ahora mismo o que no te corresponde, te dejo una práctica que te ayuda a aprender a aceptar la situación (solo si de verdad no depende de ti y/o no tienes ahora los recursos para solucionarlo).
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Sensible introvertida que solía vivir con miedo a la intensidad de las emociones, pero con un gran propósito y sueño que siempre me atraía hasta donde estoy hoy.
Mi pasión, acompañarte a reconectar con quien verdaderamente eres, en integridad con tus valores, a que reclames tu poder, reconectes con tu fuerza y que te sientas radiante, valiente, sensual y vibrante en tu cuerpo, tu profesión y tus relaciones.
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